La
Historia suele perseguirme. Ese 16 de diciembre de 1993 llegué de
madrugada a Santiago del Estero, Argentina, para cumplir con mi labor
de profesor en la Universidad Católica (UCSE). No parecía un día
más, el clima de reclamos de los empleados provinciales se venía
acentuando desde varios semanas antes. Esa mañana vi bastante
televisión, aunque estaba muy cerca de la Casa de Gobierno no fui
hasta allí. Recuerdo que una gran cantidad de maestras se
destacaban sobre otros empleados estatales. Los gritos siguieron
hasta que los policías decidieron desproteger la sede gubernamental
y se retiraron bajo el aplauso de los presentes.