NADANDO
CON TIBURONES
Huellas
de Hollywood
Saltan
en los ojos los recuerdos de la película “Como
plaga de langostas”
(John
Schlesinger, 1975), por la temática referida a los grandes
producciones de cine, por las calles de los estudios de Hollywood y
por la presencia de Donald
Sutherland, siendo el principal en aquella película setentista; y
con una participación menor en el nuevo Hollywood repleto de
tiburones que sugiere “Swimming
with Sharks”.
La nueva serie “Nadando
con tiburones”
(creación de Kathleen Robertson, también guionista de los seis
capítulos), remite a su original, la película del mismo nombre
dirigida por George
Huang
en 1994. Aparentemente, Huang escribió el guión basándose en
alguna frustración de Robert Rodríguez después del estreno de “El
mariachi”.
Esa misma película dio lugar a la nueva versión en formato de
serie televisiva; y que hoy nos ocupa. Las diferencias son notables,
sobre todo porque el filme nos acerca a un universo hollywoodense que
prevalece intocable tras el silencio de los participantes. En la
serie, la mutación de género audiovisual parece más destinada a un
público que busca proximidad con la acción, la fantasía e incluso
cerca del terror.
Además
de la película de Schlesinger, recuerda una larga lista de casos
aproximados, especialmente la serie “La
oferta”
(Michael Tolkin, 2022), el filme “Algo
pasa en Hollywood”
(Barry
Levinson, 2009) y
la película “Once
Upon A Time In Hollywood”
(Quentin Tarantino, 2019). Miradas muy próximas, pero si nos
remitimos al pasado podemos pasar por “Sunset
Boulevard”
(Billy Wilder, 1950), “Cantando
bajo la lluvia”
(Gene Kelly y Stanley Donen, 1952), “Hollywood
Babylon”
(Van Guylder, 1972), “El
juego de Hollywood”
(Robert Altman, 1992), “Hollywood
Ending”
y “Café
Society“
(ambas de Woody Allen, 2002 y 2016 respectivamente), las series
“Hacks”
(Lucia Aniello , 2021) y “Hollywood”
(Ryan Murphy y Ian
Brennan,
2021), entre otras. Hollywood siempre habló de ese universo y los
espectadores necesitaban saber de sus estrellas y la forma en que se
producen las obras. Obviamente, no todas tienen la misma mirada sobre
los responsables de los estudios; en todo caso, un tipo de personaje
ejecutivo y responsable se hace presente en la obra de Levinson, en
Tarantino, en Tolkin, en la original de Huang y ahora con Robertson.
La
serie “Nadando
con tiburones”
cuenta con las actuaciones estelares de Diane
Kruger y
Kiernan
Shipka(*). El argumento es el mismo de la película pero en este caso
el
enfrentamiento es entre dos mujeres y no dos hombres como en la
película. Remite, por ese motivo, a un Hollywood más actual. Muy
visual, sin definir al comenzar los sectores antagónicos, para
terminar por elaborar una categoría de buenos y malos muy distinta
del comienzo. Cambia, sin mucha justificación, los elementos del
clímax, incluyendo pistola que nace de la nada, sin justificar las
vestimenta e incluir un puma sin razón aparente; más allá de una
metáfora alejada de los tiburones. Responde a un clásico de
Hollywood: solucionar los argumentos con un disparo antes que la
continuación de los personajes en su rol. Siempre atrapa más un
diálogo que un disparo, aunque Hollywood no lo cree así. Y para
dejar sentado que podría haber más temporadas, no cierra los
personajes, los deja llamando a la nueva temporada.
Mientras
tanto, recorre ese camino visual de los estudios, su forma de vida,
la relación con el sexo, la falta de humanidad, la crueldad,
enterrando al pasar a las viejas estrellas: Judy Garland, Jayne
Mansfield, Alfred Hitchcock, Tyrone Power y varias tumbas más
(literalmente, en un cementerio). Sin embargo, de todo ese mundo hay
huellas de los estudios y su gente en cada capítulo, y de todas las
películas y de algunas series citadas. Hay mucho más que huellas,
una nueva diégesis de dimensiones eternas. Como el cartel de
Hollywood al final.
(*)
Shipka es la joven que dejó su huella de niña y adolescente, hija
de Don Draper, en la serie “Mad
Men”.
Ahora se revela como una gran actriz adulta de importante futuro.