Puzzle narrativo: Se puede leer en cualquier orden.
Capítulo 2: El sueño
El fiscal se movió en la cama como buscando un lugar donde hubiese sueño para conciliar. Llevaba horas, imposible contarlas, sin poder cerrar la mente. Cerraba los ojos pero su mente permanecía abierta. Se sentó en la cama, miró alrededor pero no veía nada. Encendió la luz del velador y se concentró en el espejo. Su propio rostro parecía el de un extraño; el del reflejo era otro fiscal, cansado, desorientado, y al mismo tiempo parecía interpelarlo. Le preguntaba por la verdad.
Capítulo 2: El sueño
El fiscal se movió en la cama como buscando un lugar donde hubiese sueño para conciliar. Llevaba horas, imposible contarlas, sin poder cerrar la mente. Cerraba los ojos pero su mente permanecía abierta. Se sentó en la cama, miró alrededor pero no veía nada. Encendió la luz del velador y se concentró en el espejo. Su propio rostro parecía el de un extraño; el del reflejo era otro fiscal, cansado, desorientado, y al mismo tiempo parecía interpelarlo. Le preguntaba por la verdad.
Se
levantó y miró por la ventana, a lo lejos las distintas luces
dibujaban las calles y los edificios. Tuvo la sensación de que eran
luces de un lugar muy lejano. Se concentró en la torre del frente.
Siempre le había llamado la atención una ventana que sería del
mismo piso, la misma altura y que siempre se prendía cuando él
estaba despierto, cualquiera sea la hora de la noche. Esperó, esperó
y la luz se encendió. El fiscal comenzó a contar los segundos, a la
cuenta de sesenta se apagaría.
Efectivamente,
cuando llegó a ciento
diez,
casi los dos minutos, la luz se apagó. Con una diferencia, a los
pocos segundos (ya no estaba contando) volvió a encenderse y al poco
rato se apagó.
Eso lo preocupó. Se acercó al velador para apagarlo y se quedó
mirando por la ventana. La luz del edificio del frente no volvió a
encenderse. Se prometió ser más cuidadoso y tratar de averiguar
algo durante la mañana. Simple coincidencia o había alguna
relación. Llevaba dos años con esa duda y nunca pasó nada, por eso
le pareció coincidencia.
Por
la mañana se olvidaría totalmente del asunto, la exposición que
estaba preparando necesita de toda su atención.
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