LA DAMA DE LOS MUERTOS (Totenfrau)
Escribir, filmar o grabar, preparar y poner en el set, editar y terminar un proyecto destinado a la televisión requiere, como premisa fundamental, una característica especial: fijar huellas narrativas imprescindibles para que cada capítulo o episodio sea comprendido como la parte de una totalidad. Cada entrega es una fracción de tiempo de la serie en su totalidad. Las huellas son marcas que el equipo de producción y preparación va a imprimir en el producto para que sea entendido como una sección narrativa. La huella, entonces, es la marca narrativa que distingue tanto el episodio como la temporada; es la marca que puede dar originalidad y mostrar diferencia con respecto al amplio panorama de obras que buscan espectadores en los canales de aire, del cable y en el streaming.
La competencia implica que tantos productos están buscando convencer, atrapar y entregarse al espectador. Éste busca y encuentra, o no, y se queda cautivo si hay huellas audiovisuales que distingan una de otra. Al mismo tiempo, esas huellas son las marcas, los ejemplos y los estilos de narradores audiovisuales, creadores y autores. Es el fuego, es la llama de la narración.
La serie austríaca “La dama de los muertos” (Totenfrau) entrega una mezcla de thriller, policial, drama y acción, la cual en tono realista busca informar y resolver la intriga sobre un accidente que podría ser un asesinato. Todo enmarcado en las montañas nevadas de Austria y sus carreteras. El personaje principal, la esposa del policía accidentado, se dedica a preparar cadáveres para su correspondiente velatorio; incluso el de su propio marido. En cada capítulo introduce un rasgo sobresaliente: mientras realiza la práctica de preparación de los cadáveres, dialoga con cada uno de ellos. Conversaciones breves, de pocas palabras, tendientes a marcar una comprensión sobre los temas que a ella le preocupan. Irreal, muy irreal, pero aceptable.
No significa un cambio de género, ni siquiera un rasgo de fantasía. Es aceptable dentro de la serie y de la narrativa que lleva a cabo. No hay, en la serie, otro elemento del mismo tenor, con el mismo nivel de irrealidad. Tampoco debe comprenderse como locura del personaje ni que responden a sus propios sentimientos; o sí, porque la irrealidad requiere de una interpretación diferente. No hay diálogos de este tipo salvo que los muertos estén en la camilla a punto de ser preparados para su final. Tampoco es la primera vez que se ve algo similar en el cine y la televisión; “apariciones” de esta modalidad hay siempre y en muchas obras: lo nuevo es la constancia de la situación, la mesa de trabajo de la dama con los muertos, única situación y que se acepta en cada capítulo como modalidad, originalidad y de rasgo distintivo. Es una huella audiovisual.
La dama de los muertos
Título original: Totenfrau
Año: 2022
País: Austria
6 capítulos de 45 minutos
Creadores y guionistas: Wolfgang Mueller, Barbara Stepansky, Nicolai Rohde y Benito Mueller
Basado en la novela de Bernhard Aichner
Protagonista principal: Anna Maria Mühe
Producción: Barry Films y Mona Film
Distribución: Netflix
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