El
siglo XXI es muy diferente al anterior y parte de ese cambio proviene
del uso de internet, no porque sea una democratización de la
información, como algunos lo piensan y se reitera a menudo, sino
porque han cambiado los hábitos de búsqueda de datos y la
circulación se ha acelerado. Por la red se multiplican las mentiras
y también la verdad. Si antes los que acostumbraban a mentir eran
los medios gráficos y luego la televisión, ahora la realidad se ha
apropiado de una forma de transferir la verdad y la mentira. Cada día
hay más dudas que certezas. Aún así, parte de la información se
puede confirmar y allí aparece un criterio más próximo a la
realidad.